Nuestra dieta, es decir, el conjunto de aquellos alimentos
que comemos habitualmente, debe ser completa y equilibrada. Una dieta completa
significa que ese conjunto de alimentos que tomamos habitualmente debe proporcionar, debe
aportar de cada nutriente la cantidad adecuada, ni más, ni menos. Cuando
nuestra dieta no cumple esas dos condiciones, se convierte en una dieta que no
es totalmente sana y podemos padecer alguna enfermedad nutricional. Las
enfermedades nutricionales también pueden deberse a la presencia en los
alimentos de sustancias perjudiciales para el organismo.
Consiste, además, en tener la información básica sobre nutrición, actividad física, hidratación y equilibrio de energía
para tomar decisiones correctas que promuevan la salud. Esto incluye
hacerse tiempo para una actividad física regular, elegir una dieta rica
en frutas, verduras, carne magra, productos lácteos de bajo contenido
graso, pescado y cereales integrales. También incluye conocer las necesidades de energía
para desarrollar un plan de alimentación que equilibre las calorías
consumidas con la actividad física para mantener un peso saludable y
utilizar las etiquetas de los alimentos para tomar decisiones informadas sobre los alimentos y bebidas que elige.